Con el advenimiento de la Casa de Borbón con Felipe V rey de España desde el 16 de noviembre de 1700 instituyo una nueva bandera de España por la blanca propia de la Casa de Borbón. La misma bandera se usaban en los diferentes países donde reinaban los Borbones Francia, Nápoles, Toscana, Parma o Sicilia, por lo que Carlos III decidió cambiar el pabellón nacional de España para diferenciarse mejor de estas otras naciones sobre todo para qué se distinguieran en la mar las naves españolas por lo que sugiero que fuera colores atrayentes que destacaran. Se convoca un concurso para su realización. Antonio Valdés y Fernández Bazán Ministro de Marina en 1785 presentó al rey varios modelos para la bandera de los buques y Carlos III escogió la roja y gualda, que más recordaba las glorias españolas, desechando "todo perecedero signo de linaje". Es así como el actual diseño de Bandera Nacional surgió con el Real Decreto de 28 de mayo de 1785
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viernes, 15 de julio de 2011
Bandera de España
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Jesús González
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domingo, 10 de julio de 2011
Andrés Martínez de León
Coria del Río (Sevilla) 1895 - † Madrid 1978
En 1929 le contrata par el periódico Noticiero Sevillano para hacer dibujos después trabaja para el Noticiero Universal donde se hace conocido por sus viñetas humorísticas casi siempre relacionado sobre lances del toreo y sobre la vida que pasa y colabora habitualmente con El Sol y La Voz de Madrid y las revista la Esfera y Blanco y Negro. Hacia 1920 Andrés Martínez de León había creado su personaje Oselito, tipificación del hombre andaluz o más exactamente sevillano que sería protagonista de sus dibujos historietas y libros En 1937 y 1938 viajó por Andalucía y Extremadura junto con otros intelectuales, como Rafael Alberti, Pedro Garfias y Miguel Hernández, para animar a los soldados de la República. Oselito convertido en un “miliciano” un tanto particular, que protagonizó historietas declaradamente antifascistas en formato de tira, impresas en el faldón de diversos periódicos políticos como "El Altavoz del Frente", Frente Extremeño o Nuestra Bandera. En 1939 fue detenido y posteriormente juzgado por sus actividades durante la República y la Guerra. La condena fue a muerte, gracias a la diligencia de su abogado Ramón Revuelta a la movilización de amigos y miembros de su familia que interesaron al conocido falangista Sancho Davila dirigente en Sevilla y primo de José Antonio Primo de Rivera fundador de la Falange, por lo que en 1941 la pena le fuera conmutada por la de 30 años de prisión. Entretanto su familia sale adelante a duras penas gracias a la ayuda del popular fotógrafo Serrano, quien vendía en Sevilla los dibujos que Andrés le hacía llegar desde la cárcel
Andrés Martínez de León fue dejado en libertad a finales del año 1945 por un indulto. En 1959 volvió al ABC con sus dibujos críticos de Oselito. Esto es un resumen muy extractado de la vida de este artista.
Estas imágenes son de un cuaderno con 12 dibujos antifascistas sobre los estragos de la guerra que se edito en 1937 en tres idiomas español francés e inglés y se conservan en "Archivo General de la Guerra Civil Española en Salamanca".
Portada |
¡A las puertas de sus casas! |
Dinamitero |
El "caudillo" la "patria" y el "Estado" |
Fascismo en España |
Frente a los asesinos |
Las catedrales reductos fascistas |
Las huellas del invasor |
Persecución de la población civil de Málaga |
Moros en España. ¿Qué importa la Cruz? |
Rescatando nuestros muertos |
Un pueblo en pié |
Yugo fascista |
Contraportada |
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Jesús González
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martes, 5 de julio de 2011
El dictador Francisco Franco artista pintor
Franco pintó durante algún tiempo entre la década de los cuarentas y principios de los cincuentas imitando a Hitler y Churchill. Me encargaron para la editorial Planeta fotografiar la obra pictórica del Caudillo para ilustrar un libro titulado "Los últimos 476 días de Franco", autor Vicente Pozuelo Escudero su médico de cabecera. Año 1976 poco tiempo después de su muerte, Comentando el encargo con los amigos llenos de curiosidad querían acompañarme. Sustituyo a mis ayudantes por dos para que pasasen por ellos, uno era un periodista especializado en diseño Juan Ignacio Macuá y el otro gran amigo Martín Bartolomé, museólogo y crítico de arte hispano-argentino. A Doña Carmen la viuda le habían obligado a desalojar el Palacio del Pardo y se traslado a un gran piso del centro de Madrid Lo primero que percibí es que no tenían el más mínimo aprecio por la obra pictórica del Caudillo, nos trajeron los cuadros quizás de un desván porque estaban sucios y desvencijados, pedimos elementos de limpieza y martillo para apretar las cuñas y ponerlos en el mejor estado posible. Nos atendía un sirviente con un chaleco de rayas estilo camarero, nos trajo una caja de herramienta con un martillo plateado con el nombre de un barco y la fecha de botadura. El salón estaba abarrotado de objetos, tuvimos que hacer sitio para poder colocar la cámara y los flases, Las pinturas eran bodegones y paisajes, algunas muy naíf y otras de mejor factura donde se notaba la mano de Fernando Álvarez de Sotomayor, (1875-†1960) del que recibía clases, era un buen pintor, muy tradicional de una destreza con los pinceles precisa y técnicamente irreprochable pero que no ha aportado nada a la Historia del Arte. Fue director del Museo del Prado durante la Monarquía, destituido con La Republica, en 1939 con la victoria franquista lo restituyen y será director del Museo hasta su muerte, como para no estarle agradecido a Franco y echarle una manita o las que hicieran falta para sus pinturas.
En la repisa de la chimenea donde colgaba un retrato del dictador realizado por Benedito poníamos las pinturas para las tomas y sobresalía sobre ellas la cabeza de Franco y el amigo Macuá decía: con que mala leche nos mira y Martín me comentaba que le recordaba el día que por su trabajo en Buenos Aires vio la momia de Eva Perón con chamuscado y goterones de ceras de las velas que ponían al rededor de la muerta. De una habitación contigua se oían unos rezos y curioseamos, era una pequeña capilla donde un cura jovencito decía misa solo para la Señora de Meirás , terminado el oficio atravesó el curilla el salón y después ella que paso junto a nosotros sin mirarnos ni decir palabra como si fuéramos unos objetos inanimados.
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Jesús González
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